Despertó el gigante que vive en San Quintín: Jornaleros


Los jornaleros agrícolas de San Quintín advirtieron que no abandonarán el movimiento hasta que se cumplan sus demandas de salarios justos y mejores condiciones laborales.

Tomado de: La Jornada de Baja California

Marzo 26, 2015

SAN QUINTÍN, B.C.- Al grito de “¡no más salarios de hambre!”, exclamado en español, mixteco y triqui, miles de jornaleros agrícolas -mujeres y hombres de todas las edades- marcharon 20 kilómetros por la carretera transpeninsular, desde Vicente Guerrero hasta el centro de Gobierno de San Quintín, para reclamar un aumento salarial que cubra sus necesidades.

Ante la falta de acuerdo en la mesa de negociación en la que empresarios agrícolas ofrecen un incremento de 10 por ciento a los sueldos actuales de 110 y 130 pesos en lugar de los 270 pesos que demandan los trabajadores del campo por jornadas de más de ocho horas sin pago extra, decidieron manifestarse para hacer público su desacuerdo.

“Despertó el gigante que vive en San Quintín y despertó con sed de justicia”, dijo Justino Herrera, vocero de la Alianza de Organizaciones Nacional, Estatal y Municipal por la Justicia Social.

La marcha inició a las 7:30 horas y el contingente, calculado por los aliancistas en diez mil jornaleros –aunque testigos afirman que eran unos cinco mil-, llegó a San Quintín casi a las 12:00 horas, por lo que el reinicio de la mesa de negociaciones se pospuso para después de las 13:00 horas.

La marcha fue una demostración de fuerza, después de que no se llegara a un acuerdo durante las negociaciones que se prolongaron más de nueve horas del miércoles.

Para el líder Fidel Sánchez Gabriel es clara la demostración de que la gente jornalera es aliancista, “no estamos con los sindicatos vendidos a los patrones, la CTM, la CROC, la CROM”, advirtió.

Los manifestantes aseveraron que de no haber respuesta satisfactoria a su demanda salarial, se trasladarán a Mexicali a plantarse frente a las oficinas de gobierno.

“Si creen que van a vencernos por hambre y cansancio, que nos van a desgastar, se equivocan; estamos en pie de lucha”, dijo Sánchez Gabriel al mostrar el multitudinario contingente marchando a pleno sol.

Mujeres triquis, descalzas, algunas con sus pequeños hijos en brazos caminaron los 20 kilómetros, junto a mixtecos e indígenas de diversas etnias en su mayoría oaxaqueñas. Familias enteras participaron en esta marcha que se desarrolló pacíficamente, sobre un solo carril de la carretera cuidando no impedir el tráfico vehicular.

Automovilistas que transitaban en sentido contrario, muchos de ellos estadunidenses con placas de California, manifestaban su solidaridad con los jornaleros saludando sonrientes con el dedo pulgar en alto. Al frente de la marcha, cinco mujeres y un hombre enarbolaron la enorme manta con la inscripción “si no hay justicia para el pueblo, que no haya paz para el gobierno”.

Las consignas también fueron contra el gobernador Francisco Vega de Lamadrid a quien acusan de desatender las demandas que plantearon antes de parar actividades.

En la marcha vigilada por al menos una centena de elementos de la Policía Estatal Preventiva, Fidel Sánchez dijo que este movimiento jornalero es el inicio no sólo de una lucha por aumento de salario, sino contra las reformas laboral, educativa, hacendaria y energética de Enrique Peña Nieto.

Ahí se encontraba el maestro Augusto Reyes de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, quien viajó a San Quintín a expresar la solidaridad de los maestros oaxaqueños con los jornaleros agrícolas.

Dijo que esta lucha se hermana con las familias de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, desaparecidos hace seis meses y con los presos políticos que han sido encarcelados por defender sus bosques y sus ríos, por luchar por sus derechos.

Los jornaleros manifestaron en el mitin la decisión de mantener el paro de labores, hasta que sus demandas sean resueltas.

“Tenemos aquí la prensa de México y de muchos países; periodistas de la radio y la  televisión, informando al mundo las condiciones injustas en que vivimos, casi esclavizados, con sueldos de hambre, maltratados y discriminados, con abusos sexuales contra las mujeres, pero el gobernador (Francisco) Kiko Vega no quiere vernos, sigue ciego y sordo, cree que no existimos”, dijeron los líderes aliancistas.

El ambiente en los poblados de Camalú, Vicente Guerreo y San Quintín es tranquilo, la mayoría de los comercios están abiertos, algunos cerraron momentáneamente cuando pasaba el multitudinario contingente de jornaleros.

 

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